El nombre del ejido Silvituc se debe al locativo de origen maya yucateco Cilvituk, que quiere decir “pelando cocoyol”, ya que deriva de las palabras “Dzi´il bil” que significa descarnándolo, despellejándolo, y de “tuk” que significa cocoyol (Acrocomia aculeata) (Peña, Ojeda y Suarez, 1996: 451), una especie de palma que fue común para los nativos por ser abundante en la localidad. En los márgenes de Silvituc, está un cuerpo de agua del mismo nombre de 1,779 hectáreas, conocida también como Laguna Noh que en maya significa “Laguna Grande” (OTC, 2011: 6). La Laguna Silvituc es considerada como el receptor de agua y la fuente líquida más grande e importante en el interior del estado, al abastecer con el recurso hídrico a los ejidos periféricos y a la región de Xpujil, que es la población más grande del municipio de Calakmul (Gurri, 2005).

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Asimismo, en la laguna está ubicada una ínsula de 50 hectáreas llamada “Isla Cilvituk”, la cual se caracteriza por tener un paisaje escénico y por ser uno de los principales sitios arqueológicos de los periodos clásico terminal y posclásico (900–1530 d.C) (Alexander y Canché, 1996). La Cooperativa ecoturística retoma el término "Cilvituk", en base a las investigaciones realizadas en la isla por la arqueóloga estadounidense Rani T. Alexander de la New Mexico State University, para diferenciar entre el sitio arqueológico nombrado como “Isla Cilvituk” y la comunidad moderna, la cual se deletrea como “Silvituc” (Alexander, 2006). La isla está situada en una zona lacustre y corredor ecoarqueológico importante que se extiende al sur de la península de Yucatán entre Mocú y Cilvituk, hasta el Lago Petén Guatemalteco que fue ocupada por el grupo maya los Cehache  (Scholes y Roys, 1996).

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Durante la época colonial, esta área y en particular la Isla Cilvituk, llegó a ser un sitio de refugio para los mayas fugitivos o apóstatas originarios del norte de Yucatán que huían del régimen colonial español. Actualmente, aunque no existe una estructura piramidal de gran altura en la isla, los hallazgos arqueológicos han reportado cinco plataformas basales que se encuentran dispersas en toda la superficie de la zona (Peña, Ojeda y Suarez, 1996: 467 y 453). En lo referente a la vida silvestre de la isla y en la laguna, existen especies de flora peculiar como los nenúfares, el árbol higuera (Ficus benghalensis), el eno (Tillandsia usneoides) y especies de fauna como el mono saraguato (Alouatta pigra), el tucán (Ramphastos sulfuratus), la nutria (Lontra longicaudis) el cocodrilo (Crocodylus moreletti) y diferentes aves como el águila caracolera, cormoranes, así como especies raras y en peligro de extinción como la garza monjita (Agamia agamí) la garza jabirú (Jabiru mycteria) respectivamente.